¿Has tenido problemas con los servicios sociales? ¿Tu problema es “servicios sociales me ha quitado a mi hijo”? ¿No sabes que hacer o desconoces las causas y el funcionamiento de los servicios sociales?
No te preocupes, has entrado al artículo correcto, ya que aquí resolveré la gran parte de tus dudas en la medida de lo posible.
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¿Cuándo intervienen los Servicios Sociales para proteger a los menores de edad?
Siendo ambos padres mayores de edad y económicamente capaces de mantenerlos, si el demandado necesita alimentos en el sentido del precepto antes mencionado, que incluye habitación, debe reclamarlos.
Por ejemplo, “Ayer vino protección de menores con la Guardia Civil y se llevaron al niño diciéndome que yo no era capaz de cuidarlo, cuando a mi hijo nunca le ha faltado de nada”.
En más casos de los que podemos creer, los menores carecen de un entorno familiar que les asegure un mínimo de seguridad y desarrollo personal.
Frases como ésta u otras parecidas dan comienzo a la mayoría de los casos extremos en los que los servicios sociales de Aragón retiran a los padres la patria potestad sobre sus hijos y asumen su tutela y custodia, admitiendo a los hijos en una de sus residencias con vistas a su posterior entrega a una familia de acogida.
Para proteger a los menores, la Administración interviene entonces a través de los servicios sociales. Pero, ¿por qué se produce esta intervención?
Es importante aclarar primero que los servicios sociales no siempre intervienen para separar a los niños de sus padres; de hecho, esto sucede, afortunadamente, en un porcentaje muy pequeño de casos.
Esta intervención se produce en dos circunstancias: cuando el niño está en peligro y cuando está indefenso.
No puede hacer valer ese derecho como un hipotético título de ocupación de la vivienda de su madre, pero sí puede hacerlo en la vía procesal correspondiente donde se analicen las causas y deuda que componen el derecho u obligación de alimentos.
El menor en situación de riesgo
La situación de riesgo de un menor puede declararse por diversas razones, entre ellas:
- Por falta de precauciones sanitarias e higiénicas (tanto de los padres como del menor), en parte atribuible a una vivienda inadecuada.
- Por falta de financiación.
- Porque la unidad principal de la familia se ha roto.
- Por falta de apoyo del menor.
En otros casos, esta situación de riesgo se debe, por ejemplo, a que los padres se nieguen a consentir intervenciones médicas para proteger la vida o la integridad física o psíquica de sus hijos.
Cuando se determina que mantener a los niños en sus familias no sería necesario para proteger a los menores, se lleva a cabo lo que se conoce como proyecto de intervención familiar.
Participan todas las partes implicadas, incluidos los padres, los menores (si son mayores de 12 años) implicados y los servicios sociales.
Este proyecto es una intervención colaborativa entre los servicios sociales y las familias, y su objetivo es ayudar a los padres a desarrollar los conocimientos y habilidades necesarias para afrontar estas circunstancias sin expresar impotencia.
Prevenir daños al feto y evitar una situación de riesgo o desamparo del recién nacido es lo que se entiende por protección prenatal, que es otro de los objetivos de esta intervención. Los siguientes son ejemplos de indicadores de riesgo prenatal.
- La gestante que recibe cuidados físicos inadecuados.
- Abuso de sustancias con potencial adictivo (alcohol, drogas).
- Cualquier otro comportamiento de la madre o de otras personas que ella tolere que interfiera con el desarrollo normal del recién nacido, aumente el riesgo de enfermedad o resulte en anomalías físicas, mentales o sensoriales.
En una situación de riesgo, es crucial que la menor permanezca vinculada a su núcleo familiar y que trabajen tanto dentro como fuera de ese núcleo.
El menor en situación de desamparo
Cuando los padres incumplen o no pueden cumplir con su responsabilidad de proteger a los menores, dejándolos sin ningún tipo de asistencia moral o material, se crea una situación de desamparo.
Existe una predisposición a creer que las dificultades económicas de una familia o la enfermedad mental de uno de los padres lleva inevitablemente a la declaración del menor como indefenso, pero no es así; de hecho, ninguna de estas circunstancias se tiene en cuenta cuando un menor es declarado indefenso.
Los siguientes sirven como indicadores de una situación de indefensión.
- Maltrato, agresión sexual y abandono.
- Incumplimiento grave en el cumplimiento de las obligaciones en materia de alimentación y salud.
- La iniciación a la prostitución, la delincuencia o la mendicidad.
- Falta de asistencia a clases o ausencias reiteradas que no fueron debidamente justificadas en el establecimiento educativo.
La declaración de abandono de un menor debe ser siempre la última y más severa forma de intervención de los servicios sociales, por lo que antes de que se produzca deben darse una serie de condiciones que hagan imposible la reversión de estos indicadores en la familia biológica.
Cuando la comunidad autónoma reconoce una situación de indefensión, se revoca automáticamente la patria potestad de los padres y se les otorga la custodia de sus hijos.
A continuación, los niños son ingresados en uno de los centros residenciales de menores de la comunidad autónoma con la intención de ser entregados posteriormente a una familia de acogida.
Si todavía tiene preguntas sobre las distinciones entre la vulnerabilidad o el riesgo de un menor y cómo protegerlo, puede buscar el consejo de varios profesionales.
Servicios sociales me ha quitado a mi hijo
Si los Servicios Sociales te han quitado a tu hijo, no debes pensar que están en tu contra; más bien, están allí para cuidarlo hasta que puedas demostrar que eres capaz de hacerlo.
Los servicios sociales están sobrecargados, pero no pretenden separar a los niños de sus padres; en cambio, trabajan para integrarlos en las familias y brindarles apoyo para que puedan superar los desafíos.
Debido a que creen que los niños no están siendo atendidos adecuadamente en su hogar y familia, los servicios sociales no adoptan niños de la nada sino por necesidad.
Son situaciones extremas, graves, que antes de surtir efecto buscan las mejores soluciones, no pensando en ninguno de los padres sino principalmente en los hijos, su bienestar y futuro.
Puede deberse a condiciones de vivienda, posibles adicciones, situaciones moradas, o cualquier situación lo suficientemente grave como para considerar que un niño debe dejar de estar con su familia de origen.
Cuando un padre o una madre tiene la custodia de sus hijos, los Servicios Sociales no intervienen para impedir que los niños estén con sus padres porque primero se les ofrece la asistencia necesaria.
Hay recursos del SEPE disponibles para hombres y mujeres separados, así como para familias que quieren hacer todo lo posible para mantener a sus hijos con ellos.
¿Los Servicios Sociales te han quitado a tu hijo injustamente?
Una cruel forma de enriquecerse para algunos a costa de las familias que pierden a sus hijos (o ancianos en tutela) ha surgido en el negocio de las casas de acogida, que genera entre 3.800 y 15.000 euros al mes por niño acogido.
Todo lo que se necesita es que los servicios sociales escriban informes falsos basados en suposiciones, lo que permite que algunos ganen dinero a expensas de las familias que pierden a sus hijos (o ancianos bajo cuidado).
Afortunadamente, no todos los empleados de Servicios Sociales con autoridad para redactar estos informes se comportan de esta manera, pero la práctica diaria indica que, en demasiados casos, existe una total falta de escrúpulos y que estos empleados abusan de sus posiciones de autoridad.
¿Por qué y cómo lo hacen?
Basan sus informes en presunciones endebles, tratan a las desafortunadas familias que llegan a su conocimiento de manera amenazante y autoritaria, y las humillan y degradan hasta el punto de violar no solo los derechos de los padres, sino también los aún más cruciales derechos de los niños.
Se advierte a los padres que no volverán a ver a sus hijos si no siguen sus instrucciones.
Muchos niños y ancianos están siendo mercantilizados y cosificados por algunos Gerentes de Servicios Sociales (y sus subordinados) como resultado de un vacío legal del cual algunas personas son increíblemente ricas (razón por la cual se sigue permitiendo).
Esto a menudo resulta en daño psicológico para los niños y los ancianos irreparable.
Los hechos privan a los jueces, que son profesionales cuya honestidad no puede ser cuestionada, de los recursos necesarios para llevar a cabo sus propias investigaciones independientes, dejándolos sin otra opción que confiar en esos informes de mala calidad.
Afortunadamente, cada vez más empleados de Servicios Sociales son vistos con recelo por los tribunales.
Por todo ello, si te encuentras en una situación similar, no debes quedarte pasivo porque hay formas de luchar contra los crueles y creados intereses de los Servicios Sociales.
En su lugar, debe ponerse en contacto con un despacho de abogados especializado lo antes posible para que su hijo y su familia puedan luchar contra esta injusticia en igualdad de condiciones.
Cómo recuperar a mis hijos de los servicios sociales
Hay una razón muy concreta por la que no se atendió adecuadamente a los niños en los casos en que, lamentablemente, los Servicios Sociales se hicieron cargo de los niños, sacándolos de su hogar y familia.
Los servicios sociales no son nuestros enemigos, por lo que no deberíamos tratarlos como si fueran los malos.
Si hay informes que son tan concluyentes que se llevan a los niños, debemos creer que todavía están siendo atendidos adecuadamente, tal vez no en la medida en que lo harían sus propias familias, pero que hay una razón seria por la que la Administración está temporalmente cuidando de ellos.
En lugar de hacer un espectáculo para recuperar a los niños, necesitamos hacer una realidad que apoye su correcta crianza, porque en ese caso, después de hacer las solicitudes adecuadas, aceptarán que los recuperemos, eso sí, con lo necesario y garantías.
Servicios sociales y los niños
Los servicios sociales no es que traten de llevarse o no a los niños; Aunque esta es una discusión que podemos continuar en otro momento.
En cambio, los servicios sociales brindan atención a quienes lo necesitan, en particular a los niños debido a su vulnerabilidad única y la necesidad de supervisión especial.
Los servicios sociales están para apoyar, no para confrontar, y si han determinado que existen razones suficientes para intervenir en la vida de algunos niños y cuidarlos impidiendo que crezcan y vayan a la escuela con sus familias, no es por una circunstancia en particular, sino porque han notado algo muy significativo y creen que tu intervención es necesaria para asegurar su estabilidad.
Debemos, una vez más, luchar por nuestros hijos sin apresurarnos y darles una opción de futuro en la que no solo hagamos todo lo que nos pidan, sino que podamos garantizarles una buena vida.